31 de mayo de 2016

Exoplanetas - Novedades

Guía para la búsqueda de vida  exoplanetaria.


Una nueva estrategia que pretende maximizar las posibilidades de identificar planetas en órbita alrededor de estrellas cercanas que alberguen vida se concentra en crear una lista completa de moléculas que podrían estar presentes en las atmósferas de estos exoplanetas. Los gases bioindicadores, emitidos por formas de vida exoplanetaria, podrían ser detectados remotamente con telescopios espaciales, pero estos gases podrían tener composiciones bastante diferentes a las de los de la atmósfera terrestre, según un nuevo estudio.

Los astrónomos pueden estudiar la luz estelar que se filtra a través de las atmósferas de los exoplanetas, buscando señales de moléculas que puedan ser indicadoras de la presencia de vida.(NASA, ESA y A. Feild (STScI)).

S. Seager, W. Bains, y J.J. Petkowski, MIT (Cambridge, USA) y Rufus Scientific (Cambridge, U.K.), proponen que todas las potenciales moléculas volátiles y estables deberían de ser consideradas como posibles gases bioindicadores. En su trabajo, los investigadores establecen las bases para identificar tales gases llevando a cabo una búsqueda masiva de moléculas con seis o menos átomos que no sean de hidrógeno.

“Este trabajo me recuerda el viaje de Darwin a bordo del Beagle, explorando la vasta diversidad de la vida navegando alrededor del mundo”, explica Nancy Y. Kiang, de NASA. “En la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta, nos encontramos actualmente en una fase igual de emocionante, todavía inicial pero evolucionando rápidamente, de exploración a medida que se acelera el descubrimiento de exoplanetas. En lugar de pescar criaturas extrañas del fondo del mar, los autores han buscado y encontrado miles de curiosas moléculas de gas potencialmente bioindicadoras. Éstas inspirarán un nuevo corpus de investigación para identificar también moléculas mayores, investigando su origen y destino, y su expresión potencial en exoplanetas como señales de vida”.

Cuarteto de exoplanetas en complicada danza.

Los cuatro planetas del sistema de estrellas Kepler-223 parecen tener poco en común con los planetas del Sistema Solar de la Tierra. Y a pesar de ello, un nuevo estudio demuestra que el sistema Kepler-223 está atrapado en una configuración orbital que Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno podrían haber roto al principio de la historia del Sistema Solar.
Los cuatro planetas gaseosos son mucho más masivos que la Tierra y se encuentran en órbita muy cerca de su estrella, más cerca que Mercurio del Sol. Sus órbitas se encuentra enlazadas siguiendo un patrón preciso, haciendo que nos preguntemos si los gigantes de gas de nuestro Sistema Solar escaparon de algún modo a una configuración similar en el pasado lejano.




Estas animaciones muestran aproximadamente 200 000 años de evolución orbital del sistema planetario de Kepler-223. Las interacciones con el disco de gas y polvo en el que se formaron hace que sus órbitas se encojan hacia su estrella con el paso del tiempo, a ritmos diferentes. Cuando dos planetas alcanzan un estado de resonancia, se influyen mutuamente con gran intensidad. Incluso aunque los planetas siguen moviéndose hacia la estrella, lo hacen manteniendo la resonancia. También hacen que sus respectivas órbitas cambien de casi circulares a elípticas. Fuente: Universidad de Chicago.

Los cuatro planetas gaseosos son mucho más masivos que la Tierra y se encuentran en órbita muy cerca de su estrella, más cerca que Mercurio del Sol. Sus órbitas se encuentra enlazadas siguiendo un patrón preciso, haciendo que nos preguntemos si los gigantes de gas de nuestro Sistema Solar escaparon de algún modo a una configuración similar en el pasado lejano.

Sean Mills, director del estudio, junto con sus colaboradores, utilizó datos del telescopio Kepler de NASA para analizar cómo los cuatro planetas bloquean la luz de la estrella y cambian las órbitas de los demás, infiriendo de este modo los tamaños y masas de los planetas. El equipo realizó simulaciones numéricas de migración planetaria que generan la arquitectura actual de este sistema, similares a la migración que se sospecha que sufrieron los gigantes de gas del Sistema Solar. La configuración orbital del Sistema Solar parece haber evolucionado desde su nacimiento hace 4600 millones de años. Los cuatro planetas del sistema mucho más antiguo de Kepler-223, sin embargo, han mantenido una única configuración orbital durante mucho más tiempo.

Los planetas de Kepler-223 son mucho mayores que la Tierra, y consisten en un núcleo sólido y una envoltura de gas, completando órbitas alrededor de su estrella en periodos que varían desde solo 7 días a 19 días. Los astrónomos llaman a estos planetas subneptunos. Son el tipo más común de planeta conocido en la Galaxia.

Los planetas de Kepler-223 también están en resonancia. Esto ocurre cuando, por ejemplo, cada vez que uno de ellos completa una órbita alrededor de su sol, el siguiente ha completado dos. Las lúnas de Júpiter, donde fue descubierto este fenómeno, están en resonancia. Los dos planetas más interiores de Kepler-223 están en una resonancia 4:3. El segundo y el tercero están en una resonancia 3:2 y el tercero y cuarto  están en una resonancia 4:3. Los astrónomos habían observado sistemas extrasolares que tienen dos o tres planetas en resonancia, pero no cuatro.

Planetas escondidos tras viejas estrellas rojas.

Astrónomos de la Universidad de Cornell buscan planetas donde florezca la vida en las cercanías de estrellas gigantes rojas viejas, en su “zona habitable”, la región alrededor de la estrella en la que el agua sobre la superficie del planeta es líquida y pueden detectarse señales de vida remotamente con telescopios. “Cuando una estrella envejece y aumenta de brillo, la zona habitable se desplaza hacia el exterior y estás básicamente dando una nueva vida al sistema planetario”, comenta Ramsés M. Ramírez, autor principal del estudio. “Actualmente, los objetos de estas regiones exteriores están congelados en nuestro sistema Solar, como Europa y Encélado, lunas en órbita alrededor de Júpiter y Saturno”.

Las estrellas amarillas normales como nuestro Sol, se convierten en gigantes rojas después de varios miles de millones de años. Cuando lo hacen, la zona habitable planetaria cambia, y Lisa Kaltenegger y Ramses Ramírez las están buscando. Crédito: Wendy Kenigsburg.

Dependiendo de la masa de la estrella original, los planetas y sus estrellas permanecen en esta zona habitable de la gigante roja hasta 9000 millones de años. La Tierra, por ejemplo, ha estado en la zona habitable de nuestro Sol durante 4500 millones de años, y ha florecido con distintas iteraciones de la vida. Sin embargo, en unos pocos miles de millones de años nuestro Sol se convertirá en una gigante roja, tragando Mercurio y Venus, convirtiendo la Tierra y Marte en planteas rocosos ardientes, y calentando mundos lejanos como Júpiter, Saturno y Neptuno y sus lunas, en una nueva zona habitable de la gigante roja. “Para estrellas como nuestro Sol, estos planetas descongelados podrían seguir calientes hasta 5000 millones de años. No es una cantidad pequeña de tiempo”, señala Ramírez. Dijo Lisa Kaltenegger: "En un futuro lejano, estos mundos podrían llegar a ser habitable alrededor de pequeños soles de color rojo para miles de millones de años, tal vez incluso de comenzar la vida, al igual que la Tierra. Eso me hace muy optimista de las posibilidades de vida en el largo plazo ". Ambos investigadores pertenecen al staff de Cornell University Group y esta investigación fue apoyada por la Fundación Simons y por el Instituto Carl Sagan.

Un planeta o más escondidos en HD 8799.

Un equipo de astrónomos ha obtenido, con el observatorio en radio  Atacama Large Millimeter - submillimeter Array (ALMA) de Chile, la primera imagen en alta resolución del cinturón de cometas (una región análoga al Cinturón de Kuiper de nuestro Sistema Solar) alrededor de HR 8799, la única estrella donde se han tomado imágenes directas de varios planetas. La forma de este disco polvoriento, en particular su borde interior, es sorprendentemente inconsistente con las órbitas de los planetas, lo que sugiere que o bien han cambiado de posición con el tiempo o hay por lo menos un planeta más en el sistema todavía por descubrir.

“Estos datos nos permiten realmente ver el borde interior de este disco por primera vez”, explica Mark Booth, de la Pontificia Universidad Católica de Chile y director del estudio. “Estudiando las interacciones entre los planetas y el disco, esta observación nueva demuestra que o los planetas que hemos visto tenían órbitas distintas en el pasado, o que hay por lo menos un planeta más en el sistema que es demasiado pequeño para haber sido detectado ya”.

Imagen de ALMA de la estrella HR 8799 (centro) y sus alrededores. La caja triangular muestra la estrella y los cuatro planetas que aparecen en las imágenes. La nueva imagen del disco, con las irregularidades no observadas anteriormente, se muestra en azul. Crédito: Credit: Booth et al., ALMA (NRAO/ESO/NAOJ).

El disco, que ocupa una región de entre 150 y 420 veces la distancia del Sol a la Tierra, está producido por las continuas colisiones de cuerpos cometarios en las regiones exteriores de este sistema de estrellas. ALMA pudo tomar imágenes de la emisión en radio originada por partículas de escombros de milímetros de tamaño. Según los investigadores, las pequeñas dimensiones de estos granos de polvo sugieren que los planetas del sistema son mayores que Júpiter.
HR 8799 es una estrella joven con aproximadamente 1.5 veces la masa del Sol, situada a 129 años luz de la Tierra, en dirección a la constelación de Pegaso. “Se trata de la primera vez que tomamos imágenes de un sistema coon varios planetas y polvo en órbita, permitiendo comparar directamente con la formación y dinámica de nuestro propio Sistema Solar”, explica Antonio Hales, coautor del estudio.

No está claro si esta diferencia se debe a la baja resolución de las observaciones anteriores o porque diferentes longitudes de onda son sensibles a los diferentes tamaños de grano, que se distribuyen de forma ligeramente diferente. HR 8799 es una estrella joven de aproximadamente 1,5 veces la masa del Sol, situado 129 años luz de la Tierra en la dirección de la constelación de Pegaso .

"Esta es la primera vez que un sistema multi-planeta con el polvo que orbita se forma la imagen, lo que permite una comparación directa con la formación y la dinámica de nuestro propio Sistema Solar", explica Antonio Hales, co-autor del estudio de la astronomía Radio Nacional Observatorio en Charlottesville, Virginia, en los Estados Unidos.

Descubren un planeta gigante alrededor de una joven estrella.

El planeta similar a Júpiter llamado CI Tau b está en órbita alrededor de una estrella de solo 2 millones de años de edad, tan joven que todavía retiene un disco circunestelar de gas y polvo, contradiciendo la idea de que los planetas más grandes tardan más en formarse.

“Durante décadas se ha aceptado que los planetas grandes, con masas similares a la de Júpiter, tardan al menos 10 millones de años en formarse”, comenta Christopher Johns-Krull, director del estudio. “Esto ha sido puesto en duda durante la última década, y se han ofrecido muchas ideas nuevas, pero el fondo de la cuestión es que necesitamos identificar varios planetas recién formados alrededor de estrellas jóvenes si queremos entender completamente la formación de planetas”.

CI Tau b es por lo menos 8 veces mayor que Júpiter y está en órbita alrededor de una estrella de 2 millones de años de edad a unos 450 años luz de la Tierra en la constelación de Tauro, completando un giro cada nueve días.

“Este resultado es único porque demuestra que un planeta gigante puede formarse tan rápidamente que el gas y polvo sobrantes de la formación de la joven estrella, que quedan rodeando al sistema en un disco, están todavía presentes”, comenta Lisa Prato, de Lowell Observatory. “La formación de planetas gigantes en la parte interior de este disco, donde CI Tau b está situado, tendrá un profundo impacto sobre la región donde planetas terrestres más pequeños están posiblemente formándose también”.




Esta imagen en falso color de un telescopio interferométrico submilimétrica muestra el disco circunestelar de gas y polvo que rodea la estrella Tau CI. (Imagen cortesía de Stephane Guilloteau / Universidad de Burdeos). datos de velocidad radial óptica iniciales desde el Observatorio McDonald confirmaron que un planeta podría estar presente, y el equipo añaden mediciones fotométricas de Lowell y cinco años de observaciones infrarrojas de Hawai, Kitt Peak y McDonald para descartar la posibilidad de que la señal óptica resultante de manchas solares o otro fenómeno de enmascaramiento.

La NASA, la National Science Foundation y el consorcio de Arizona Espacio de Grant apoyó la investigación.




Exoplaneta con buenas perspectivas.
Un planeta a 1.200 años luz de distancia, es un buen candidato para un mundo habitable

Según un quipo de astrónomos, un lejano planeta, conocido como Kepler-62f, podría ser habitable. El planeta, que se halla a 1200 años luz de la Tierra en dirección a la constelación de la Lira, es aproximadamente un 40 por ciento mayor que la Tierra. Con ese tamaño, Kepler-62f está dentro de la clase de planetas que posiblemente son rocosos y tienen océanos, comenta Aomawa Shields, directora del estudio.

La misión Kepler de NASA descubrió el sistema planetario donde se encuentra Kepler-62f en 2013, identificándolo como el más exterior de los cinco planetas en órbita alrededor de una estrella que es más pequeña y fría que nuestro Sol. Para determinar si el planeta podría albergar vida, los investigadores encontraron diferentes escenarios posibles en relación a cómo podría ser su atmósfera y cuál podría ser la forma de su órbita.

Ilsutración de artista de Kepler-62f se encuentra suficientemente lejos de su estrella para que su atmósfera necesite tener una gran concentración de dióxido de carbono para mantener agua líquida sobre la superficie del planeta. Crédito:  NASA Ames/JPL-Caltech/T. Pyle.

“Descubrimos que existen múltiples composiciones atmosféricas que le permiten ser suficientemente cálido para tener agua líquida en la superficie”, afirma Shields. “Esto lo convierte en un firme candidato a planeta habitable”.

En la Tierra, el dióxido de carbono constituye un 0.04 por ciento de la atmósfera. Como Kepler-62f está mucho más lejos de su estrella que la Tierra del Sol, necesitaría tener mucho más dióxido de carbono para ser suficientemente cálido para mantener agua líquida en su superficie y evitar que se congele. Shields comenta que, para que el planeta sea habitable de manera consistente durante su año entero, se necesitaría de una atmósfera entre tres y cinco veces más densa que la de la Tierra,y además, compuesta por entero de dióxido de carbono.

“Pero si el planeta no posee un mecanismo para generar mucho dióxido de carbono en su atmósfera para mantener las temperaturas altas, y todo lo que tuviera fuese la misma cantidad de dióxido de carbono que la Tierra, entonces ciertas configuraciones de su órbita podrían permitir que las temperaturas superficiales de Kepler-62f superaran la temperatura de congelación temporalmente, durante una parte de su año”, afirma Shields. “Y esto podría ayudar al deshielo de capas de hielo formadas en otros momentos de la órbita del planeta”.


Fuente
LIADA – Liga Iberoamerica de Astronomía
NASA, ESA y A. Feild (STScI
Universidad de Chicago/Wendy Kenigsburg
Cornell University Group
National Science Foundation/ Arizona Espacio de Grant
NASA Ames/JPL-Caltech/T. Pyle

13 de mayo de 2016

Curiosity - Sol 1250 a Sol 1310

De las dunas de Namib a la meseta de Naufluft (Naufluft Plateau).
Curiosity ha recorrido uno 420 metros desde el Sol 1250 al Sol 1310, y ha hecho un recorrido total desde su aterrizaje en Bradbury Landing en Agosto de 2012 de unos 12,66 kilómetros de distancia a un promedio de unos 9,66 metros por día marciano.


Dicho esto, me abocaré a contar que ha pasado en estos 60 Soles en la vida del Rover Curiosity. He aquí el primer tramo del Sol 1250 al Sol 1269.
NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona








Sol 1251-1252 11 de febrero de 2016: El corto trayecto desde el Sol 1250 se completó con éxito, colocando el vehículo en posición para la realizar trabajos científicos de interés en el afloramiento rocoso. El Sol 1251, ChemCam observará una vena brillante llamado "Fiskus" y las muestras de arena tamizada se vertirán  sobre el lecho de roca.




Sol 1253-1255 12 de febrero de 2016: Las muestras de arena de dunas fueron vertidos en el suelo, pero parece que la muestra sufrió los efectos del viento y se ha volado una parte de la misma. Hay suficiente muestra de izquierda a investigar con diversos instrumentos, por lo que el plan de Sol 1253 comienza con espectros realizados por ChemCam y MastCam con observaciones multi-espectrales de los montones de volteo y punto de cepillado.

Más tarde ese mismo sol, MAHLI tomó imágenes de la plantilla de calibración APXS y ambos volcar pilas antes de que el APXS se coloca en el montón de arena tamizada por un corto integración. Después de la puesta del sol, los APXS se moverán a un blanco lecho rocoso llamado "Bergsig" para otro corto de integración, a continuación, a la pila de arena sin tamizar durante mucho integración noche a la mañana.

Sol 1255, 16 de febrero de 2016. Monte Sharp (Aeolis Mons sería estrictamente correcto) telares detrás del vehículo, a medida que rueda a través de rocas de la formación Murray, al noroeste del callejón sin salida entre Namib Duna (ver a la izquierda) y duna alta (derecha). Haga clic en la imagen para ampliar.
El plan de manejo requiere curiosidad para redondear alta duna en dirección oeste, luego en coche a varios cientos de metros más lejos para evitar dos dunas más (Helgas Duna y Kalahari Duna). Después de eso, el plan tentativo es convertir al sur, hacia el monte Agudo.


 Curiosity: Borde de la Naukluft en color.


Sol 1262, 23 de febrero de 2016. objetivo gran angular de la Mastcam ha perfilado el borde de la meseta de Naukluft, el siguiente punto de referencia para la curiosidad.

La curiosidad: Localización de depósitos 'distantes' de RMI

Sol 1264, 25 de febrero de 2016. Las cajas rojas en dos imágenes NavCam delinear las ubicaciones de los últimos dos mosaicos RMI visto aquí . Tomado en la larga distancia de del robot remoto Micro-Imager, los mosaicos muestran depósitos muy lejos al norte del Rover Curiosity, cerca del pie del borde del cráter Gale. La caja derecha muestra una parte del cono de deyección Paz Vallis. En los parches de arena se encuentra en primer plano y la capa de roca de la meseta de Naukluft.

Acercamiento Naukluft Meseta



Sol 1269-70 1 de marzo de 2016, Curiosity está haciendo su camino hacia la meseta de Naukluft, y el plan del lunes fue de conducir todo el día. Con el primer rayo de sol, Curiosity adquirirá observaciones ChemCam y MastCam del objetivo "Swartpunt." Entonces vamos a ir en dirección a la meseta de Naukluft, y adquirir imágenes tomadas tras la unidad para prepararse para la orientación futura y documentar la formación Murray a lo largo de camino. También vamos a adquirir un gran mosaico Mastcam para estudiar la estratigrafía expuesta en el lado este de la meseta de Naukluft.


Segunda etapa Sol 1270 – Sol 1310

Sol 1270 – 1310
Curiosity subió la empinada vertiente oriental de la meseta de Naukluft que comienza el sol de 1274, llegando a la parte superior de sol de 1281. De este modo, el vehículo cruzó de más brillante, erosionadas rocas plana Murray en ridgy rocas Stimson, y el equipo pasó varios soles de análisis de rocas en el contacto entre el Murray y el Stimson. La curiosidad ha examinado este contacto antes, por ejemplo, en Marias Pass, pero el contacto entre las dos unidades se ve diferente en diferentes lugares. El equipo científico está teniendo diversión explorando esas variaciones.Esto es lo que el contacto Murray-Stimson se parecía a la curiosidad de una distancia, sobre el Sol 1267:
NASA / JPL / MSSS / Emily Lakdawalla.
Sol 1267 - Borde oriental de la meseta Naukluft.
En la parte superior de la imagen es de roca sello hecha de piedra arenisca Stimson. Debajo de ella es más brillante lutolita Murray. En esta ubicación, visto por la curiosidad sobre el Sol 1267 (28 de febrero de 2016), la formación Murray parece iluminar más cerca de la roca Stimson.

El paisaje en la parte superior de la meseta es inmejorable. La elevación adicional, con la ayuda de cielos claros ha dado a Curiosity la posibilidad sw obtener fantásticas vistas. La alta elevación también ha expuesto las rocas que se seque la erosión del viento durante millones de años, la talla de formas extrañas en la arenisca Stimson. Emily Lakdawalla ha creado un montón de vistas en 3D, que publicó en Twitter. Aquí hay algunas de ellas obtenidas desde el Sol 1278 a 1310 .









NASA / JPL / MSSS / Emily Lakdawalla
Roca erosionada por el viento encima de la meseta Naukluft, Curiosidad sol de 1301. gif Flicker















NASA / JPL / MSSS / Emily Lakdawalla
Extrañamente erosionado la roca encima de la meseta Naukluft, Curiosity sol de 1305 (3D). Curiosity se encontró con un montón de rocas erosionadas por el viento de forma extraña encima de la meseta Naukluft, esta es una de ellas. gif Flicker




Inicialmente, el progreso a través de la meseta fue bastante rápido, pero en las últimas tres semanas se ha reducido drásticamente para una variedad de razones. Ahora se han abierto paso a la vertiente occidental fuera de la meseta. Al pie de la pendiente frente al Rover es más de color claro, en un valle que conduce al sur y alrededor del borde occidental de un par de dunas de arena aisladas. Hacia el suroeste, podemos ver las motas de superficie plana - el borde de la famosa Murray motas que hemos estado apuntando hacia tanto tiempo. Aquí hay dos capturas de pantalla de la aplicación de medianoche planetas, mostrando las motas al suroeste como se ve en el sol de 1309.

NASA / JPL / medianoche planetas (Michael Howard)
Vista de la medianoche del terreno hacia el suroeste, Curiosity sol de 1309.

NASA / JPL / medianoche planetas (Michael Howard)
Vista de la medianoche del terreno hacia el suroeste, Curiosity sol de 1309 (zoom)

Pero el camino a través del centro de las imágenes no es seguro; las ondas en la arena son del tipo que pueden atascar el vehículo. El robot tiene que ir hacia el oeste. Usted puede ver por qué ha sido un reto tan avanzar en este terreno. En pequeña escala, es absolutamente lleno de piedras puntiagudas con posibilidad potencial de incrustarse en las ruedas por lo que son esencialmente perjudiciales para las mismas. Sin una visión por donde las ruedas del rover irán, al vehículo no le  está permitido conducir. Ellos tienen que conducir en segmentos relativamente cortos, hasta el borde de donde se puede ver, de puntillas alrededor de los peligros visibles de la rueda, y a continuación, tomar nuevas fotografías y devolverlos a la Tierra para formar un plan de conducción segura para el día siguiente.

NASA / JPL
Se puede observar todo terreno en el extremo occidental de la meseta Naukluft (3D). Curiosity tomó estas fotos al final de un corto trayecto en Sol 1309 (12 de abril de 2016) que lo llevaron hasta el borde occidental de la meseta Naukluft. Su recorrido futuro va a llevarlo hacia el centro de la imagen y luego inclinando hacia la izquierda (hacia el sur del oeste), pasando algunas zonas de arena ondulada para llegar al terreno más agradable para conducir. gif Flicker

En un futuro próximo, Curiosity conducirá fuera de la meseta Naukluft en las rocas de Murray, y, al hacerlo, es probable que deje la unidad de arenisca Stimson atrás para siempre. En el futuro previsible, Curiosity marchará en la zona de la roca Murray, y de vez en cuando entre los dunas de Bagnold. Estoy seguro que los conductores del rover no sentirán dejar el Stimson en el espejo retrovisor.


Fuente
Emily Lakdawalla.
Ken Herknhoff
The Planetary Society
NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona
NASA / JPL / MSSS / Emily Lakdawalla/
NASA/JPL/ Michael Howard






10 de mayo de 2016

EXOPLANETAS - Novedades

PLANETAS ALREDEDOR DE UN ESTRELLA ENAN ULTRAFRÍA MUY CERCANA A NOSOTROS.

Tres mundos potencialmente habitables fueron hallados alrededor de una estrella enana ultrafría cercana a la Tierra.





Esta ilustración muestra una vista imaginaria de la superficie de uno de los tres planetas que orbitan a una estrella enana ultrafría a tan sólo 40 años luz de la Tierra, descubierto usando el telescopio TRAPPIST, instalado en el Observatorio La Silla de ESO. Estos mundos tienen tamaños y temperaturas similares a los de Venus y la Tierra y son los mejores objetivos encontrados hasta ahora para la búsqueda de vida fuera del Sistema Solar. Son los primeros planetas descubiertos alrededor de una estrella tan pequeña y débil. Crédito: ESO/M. Kornmesser.





Utilizando el telescopio TRAPPIST (Telescopio pequeño para la observación de Planetas en Tránsito y Planetasimales: es un telescopio óptico robótico belga el cual comenzó a operar en 2010), instalado en el Observatorio La Silla de ESO, un equipo de astrónomos ha descubierto tres planetas orbitando a una estrella enana ultrafría a tan solo 40 años luz de la Tierra. Los nuevos resultados se publican en la revista Nature el 02 de mayo de 2016.

Un equipo de astrónomos dirigido por Michaël Gillon, del Instituto de Astrofísica y Geofísica de la Universidad de Lieja (Bélgica), ha utilizado el telescopio belga TRAPPIST para observar la estrella 2MASS J23062928-0502285, ahora también conocida como TRAPPIST-1. Descubrieron que esta estrella débil y fría se desvanecía ligeramente a intervalos regulares, indicando que varios objetos pasaban entre la estrella y la Tierra. Un análisis detallado mostró la presencia de tres planetas con tamaños similares al de la Tierra.

TRAPPIST-1 es una estrella enana ultrafría —mucho más fría y más roja que el Sol y apenas más grande que Júpiter—. Este tipo de estrellas son muy comunes en la Vía Láctea y muy longevas, pero esta es la primera vez que se han encontrado planetas alrededor de una de ellas. A pesar de estar tan cerca de la Tierra, esta estrella es demasiado débil y demasiado roja para poder verla a simple vista o incluso con un telescopio de aficionado de gran tamaño. Se encuentra en la constelación de Acuario (El aguador). Observaciones de seguimiento llevadas a cabo con telescopios más grandes, incluyendo el instrumento HAWK-I, instalado en el VLT (Very Large Telescope) de 8 metros de ESO, en Chile, han demostrado que los planetas que orbitan a TRAPPIST-1 tienen tamaños muy similares al de la Tierra. Dos de los planetas tienen períodos orbitales de cerca de 1,5 y 2,4 días respectivamente, y el tercer planeta tiene un período no tan bien determinado, en un rango de entre 4,5 y 73 días.

Comparación entre el Sol y la estrella enana ultrafría TRAPPIST-1.

Esta imagen muestra al Sol y a la estrella enana ultrafría TRAPPIST-1 a escala. La débil estrella tiene sólo el 11% del diámetro del sol y su color es mucho más rojo. Crédito: ESO

Aunque orbitan muy cerca de su estrella enana anfitriona, los dos planetas interiores sólo reciben cuatro y dos veces, respectivamente, la cantidad de radiación recibida por la Tierra, ya que su estrella es mucho más débil que el Sol. Esto los coloca en una posición más cercana a la estrella que la zona de habitabilidad de este sistema, aunque es posible que posean regiones habitables en sus superficies. El tercer planeta es exterior y todavía no se conoce muy bien su órbita, pero probablemente reciba menos radiación que la Tierra, aunque tal vez sea suficiente como para encontrarse dentro de la zona de habitabilidad.


Emmanuël Jehin, coautor del nuevo estudio, está entusiasmado: "realmente se trata de un cambio de paradigma con respecto a qué camino seguir en nuestra búsqueda de planetas y de vida en el universo. Hasta ahora, la existencia de estos “mundos rojos” orbitando alrededor de estrellas enanas ultra frías era puramente teórica, pero ahora tenemos, no un solitario planeta alrededor de una estrella roja débil, ¡sino un sistema completo de tres planetas!".

Michaël Gillon, autor principal del artículo que presenta el descubrimiento, explica el significado de los nuevos hallazgos: "¿Por qué estamos tratando de detectar planetas como la Tierra alrededor de estrellas más pequeñas y más frías en las vecindades del Sistema Solar? La razón es simple: con la tecnología actual, los sistemas alrededor de estas pequeñas estrellas son los únicos lugares donde podemos detectar vida en un exoplaneta del tamaño de la Tierra. Así que, si queremos encontrar vida en otros lugares del universo, ahí es donde debemos comenzar a buscar".

Los astrónomos buscarán señales de vida estudiando el efecto que tiene la atmósfera de un planeta en tránsito sobre la luz que llega a la Tierra. Para la mayor parte de los planetas del tamaño de la Tierra que orbitan estrellas, este pequeño efecto se ve saturado por la brillantez de la luz de la estrella. Sólo en el caso de estrellas enanas rojas ultrafrías y débiles — como TRAPPIST-1 — este efecto es lo suficientemente grande como para ser detectado.

“Con períodos orbitales tan cortos, los planetas están entre 20 y 100 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol. La estructura de este sistema planetario es mucho más similar en escala al sistema de lunas de Júpiter que al del Sistema Solar”, explica Michaël Gillon.

"Gracias a varios telescopios gigantes actualmente en construcción, incluyendo el E-ELT de ESO y el James Webb Space Telescope de la NASA/ESA/CSA (cuyo lanzamiento se prevé para el 2018), pronto seremos capaces de estudiar la composición de la atmósfera de estos planetas y explorarlas, primero en busca de agua y, luego, en busca de trazas de actividad biológica. Es un paso de gigante en la búsqueda de vida en el universo", concluye Julien de Wit, coautor del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) en Estados Unidos.

Este trabajo abre una nueva vía para la caza de exoplanetas, ya que alrededor del 15% de las estrellas cercanas al Sol son estrellas enanas ultrafrías y también sirve para poner de manifiesto que la búsqueda de exoplanetas ha entrado en el reino de los “primos” potencialmente habitables de la Tierra. El sondeo TRAPPIST es un prototipo para un proyecto más ambicioso llamado SPECULOOS que se instalará en el Observatorio Paranal de ESO.

Ilustración de la estrella enana ultrafría TRAPPIST-1 desde cerca de uno de sus tres planetas.

En esta ilustración, uno de los planetas interiores es visto en tránsito a través del disco de su pequeña y tenue estrella. Crédito: ESO/M. Kornmesser

Ilustración de la estrella enana ultrafría TRAPPIST-1 y de sus tres planetas. 
En esta ilustración, uno de los planetas interiores es visto en tránsito a través del disco de su pequeña y tenue estrella. Crédito: ESO/M. Kornmesser/N. Risinger (skysurvey.org)

La estrella enana ultrafría TRAPPIST-1 en la constelación de Acuario.
En este mapa se muestran las estrellas que podemos ver a simple vista en una noche oscura y despejada en la extensa constelación de Acuario (El aguador). Se ha marcado la posición de la estrella enana ultrafría TRAPPIST-1, débil y muy roja. Aunque está relativamente cerca del Sol es muy débil y no es visible con telescopios pequeños.
Crédito: ESO/IAU and Sky & Telescope.

"ESO/José Francisco (josefrancisco.org)"