Rover 2020
ii) el retorno a Tierra de las muestras marcianas.
Traer una roca de Marte: la misión espacial más
importante para la comunidad científica
Durante la pasada década,
una flotilla de sondas espaciales ha desvelado numerosos secretos pasados y
presentes del planeta rojo. Gracias al trabajo desde la órbita de las sondas
Mars Global Surveyor, Mars Odyssey, Mars Reconnaissance Orbiter y Mars Express,
así como los descubrimientos de las misiones de aterrizaje Spirit, Opportunity,
Phoenix y Curiosity en la superficie, hoy sabemos qué lugares son los más
idóneos para llevar a cabo una misión de recogida de muestras. El problema es
que también sabemos que no es nada fácil recoger una muestra adecuada.
Si recogemos una roca al
azar de la superficie marciana, lo más probable es que sea volcánica. Lo que
nos interesa es hacernos con el auténtico tesoro de la geología marciana:
trozos de la corteza Noachiana (este
es un sistema geológico de principios de la existencia del planeta Marte, que
se caracteriza por altas tasas de impactos de meteoritos y asteroides y la
posible presencia de abundante agua de la superficie). Con este extraño
nombre se denominan a las rocas más antiguas de Marte, creadas en el Periodo
Noachiano hace cuatro mil millones de años cuando el planeta era mucho más
húmedo que en la actualidad y el agua corrió por su superficie. En esa época
Marte reunía las condiciones adecuadas para la vida. Si en algún lugar de Marte
hay microfósiles de bacterias marcianas esperando a ser descubiertos, ése es la
corteza noachiana.
Llegados a este punto, es
inevitable preguntarse por qué es necesario retornar muestras de Marte a la
Tierra y no se puede usar un rover avanzado como Curiosity. La razón es que los
laboratorios terrestres siempre estarán muchísimo mejor equipados que cualquier
nave que podamos mandar. Curiosity usará difracción de rayos X avanzada para analizar
las rocas marcianas, un verdadero salto cuántico en el estudio de la geología
del planeta rojo, pero aun así está a años luz de lo que se puede hacer en un
laboratorio terrestre. Además, para analizar las muestras, Curiosity necesita
pulverizar las rocas previamente, lo que no es muy buena idea si lo que quieres
es buscar fósiles.
Cada década más o menos,
el National Research Council de la Academia Nacional de Ciencias de los EEUU
publica en colaboración con la NASA el informe Decadal Survey en
ciencias planetarias. El último informe de la década 2013-2022 sitúa una misión
de recogida de muestras del planeta rojo como el más importante de entre todos
los posibles proyectos de exploración del Sistema Solar. Esta misión,
denominada de forma genérica MSR (Mars
Sample Return), está considerada actualmente como el Santo Grial de las
ciencias planetarias.
La misión MSR sería
dividida en tres partes, repartiendo así mejor los costes. Primero viajaría en
2018 un rover, denominado MAX-C (Mars
Astrobiology Explorer-Cacher), para recoger las rocas y muestras más
prometedoras desde el punto de vista astrobiológico. Después se lanzaría en
2020 la misión con el cohete MAV y un pequeño rover que recuperaría las rocas
del MAX-C, para entonces probablemente fuera de servicio. Por último, un
orbitador capturaría en 2022 el contenedor de muestras en órbita marciana y lo
traería hasta la Tierra. Tras poner rumbo a nuestro planeta, la cápsula
aterrizaría sin paracaídas con unos 400-500 gramos de muestras marcianas.
A finales de 2009 la NASA
y la ESA acordaron fusionar sus programas de exploración de Marte, lo que
permitió introducir una misión adicional para 2016, el Mars Trace Gas Orbiter para el estudio del misterioso metano
marciano. Pero los problemas presupuestarios del MAX-C y del rover ExoMars
obligaron a la fusión de ambos proyectos en un nuevo y flamante rover, que
sería lanzado también en 2018. Desgraciadamente, el año pasado la NASA se
retiró unilateralmente y de forma inesperada del proyecto Mars Trace Gas
Orbiter y ahora la ESA lucha por mantenerlo a flote. El proyecto de rover
conjunto también pende de un hilo. Como resultado, los plazos para la misión
MSR se han retrasado y ahora se cree que habrá que esperar hasta 2027 como muy
pronto para ver muestras marcianas en la Tierra.
Esquemas de misiones MSR actuales. Las
muestras llegarían a la Tierra en 2027 (ESA).
Elementos actuales de la misión MSR. Derecha,
el MAV con el rover. Izquierda, el orbitador (NASA).
Versión actual del orbitador con la cápsula
de muestras según la ESA (ESA).
A pesar de las idas y vueltas y de los
costos, se imagina uno por un momento que un día, dentro de diez o veinte años,
una cápsula con rocas marcianas aterriza en la Tierra y, poco después, en su
interior descubrimos fósiles de microorganismos marcianos. Sería un gran día. ¿Acaso
no habría valido la pena?
Fuente
Daniel Marin
NASA/JLP
ESA/DLR
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